domingo, febrero 11, 2007

El cine que no miramos

Babel o viceversa

Si nos ponemos a pensar la última película de González Iñárritu como una versión, ya del todo degradada, de sus dos ediciones anteriores; vale decir, si la pensamos como un mero procedimiento, un artefacto, entonces, la película tiene poco que ofrecer. Y es que probablemente tenga muy poco que dar y es más, la irritación que pone de manifiesto Mariano Kairuz en su nota del suplemento Radar del 14 de enero de 2007, es entendible porque se para a ver el film desde el hartazgo que produce un recurso cuando éste ya no se puede sostener.
Lo que no convenimos con el crítico del Página 12, lo que no creemos, es que sean los directores los que buscan dar un "mensaje" a través de la película. Por el contrario, entendemos que es la globalización como entidad material, como modelo de producción la que da su "mensaje" a través del film. No son personajes aislados que se unen de manera casual a través de las geografías y los idiomas, los que arman la "historia". Es la globalización la que produce relatos inverosímiles unidos vía las nuevas tecnologías. El color local no es otra cosa que una de las nuevas conquistas de la esencialidad neoliberal y no como parecería plantear el director, el último confín de la resistencia frente al mercado mundial. La ideología, por último, no es representada en el film, sino por lo contrario, es ésta la que hace hablar al relato, demostrando como diría Paul De Man lo ideológico del realismo y sus tipificaciones: el mexicano es violento, machista y tarde o temprano termina mal; el americano no puede dejar de ser un patrón de estancia más allá de donde se encuentre; la japonesita encarna un dibujo manga; el padre de los marroquíes, que era una especie de ser fuera de la ley, de golpe se acuerda de educar a sus hijos.
Por último lo mejor de la película: la versión del tema de Earth, Wind & Fire cuando la japonesa entra en la disco.

2 comentarios:

Demóstenes dijo...

Esto es interesante: "Es la globalización la que produce relatos inverosímiles unidos vía las nuevas tecnologías". ¿En dónde más lo ves?

¡Saludos!

Deshecho dijo...

Creo que en la nota nueva "Rock me, baby" hay algo sobre lo preguntás. Al respecto, hacemos una autocrítica sobre la palabra "inverosímiles" por no ser la más apropiada. Lo que pensamos es que es cada vez más tangible cómo se materializan relatos que son resultados de un nuevo modelo de producción. Las extrañas alquimias, una famosa "pizza con champagne" no pudo suceder sino en estos tiempos.