miércoles, enero 31, 2007

DISCOTECA DESHECHA

ELLIOT SMITH

Someone's always coming around here
Trailing some new kill
Says "I've seen your picture on a
Hundred-dollar bill"
What's a game of chance to you,
here is one Of real skill
So glad to meet you, Angeles
Picking up the ticket shows there's
Money to be made
Go on, lose the gamble that's the
History of the trade
Did you add up all the cards left to play
To zero
And sign up with evil, Angeles?
Don't start me trying now
Uh-huh, uh-huh, uh-huh
'Cause I'm all over it, Angeles
I can make you satisfied in
Everything you do
All your secret wishes could right
Now be coming true
And be forever with my poison arms
Around you
No one's gonna fool around with us
No one's gonna fool around with us
So glad to meet you, Angeles

FERIA DEL LIBRO 2007

Feriantes del mundo
¡unios!

Los que se pasean por la vida y por la Feria del libro en particular no tienen por qué saberlo. Sin embargo, no estamos seguros si su desconocimiento debe estar tan a salvo. ¿A qué nos referimos? Empecemos con el clásico eslogan con el que se anuncia todos los años la Feria que reúne al mundo del libro en Argentina. ¿Lo recordamos? Cómo no: "el libro del autor al lector".
Inteligente frase que oculta justamente a quien dispone todos los años el escenario para que los lectores sean eso, simplemente lectores y no clientes.
Digámoslo de una vez: ¿por qué la industria del libro no aparece mencionada?
¿Qué podrían hacer los autores sin la intervención de esos generosos capitalistas que altruistamente invierten en la cultura? Claro que enunciar como eslogan "el libro del editor al cliente" suena un poco menos seductor. Del mismo modo es aguafiestas decir que gran parte de lo que sucede en el mundo del libro se sostiene sobre las espaldas del otro actor ausente en nuestro consabido eslogan: los trabajadores del gremio. Dos presencias: autores y lectores. Dos ausencias: industria y trabajadores. Nosotros no sabemos mucho de nada. Pero al menos conocemos alguna interna de la glamorosa Feria y por eso dejamos planteados algunos interrogantes: ¿Alguien sabe cuánto gana un trabajador por dejar sus horas al servicio de los amados lectores? ¿Alguien sabe, si en los habituales primeros de Mayo durante los cuales la feria suele estar abierta, los trabajadores reciben un plus por feriado? ¿Y qué hay de los domingos y sábados? ¿Y qué hay de los que van a trabajar gratis -"sin coerción"- "de onda con la editorial" que todo el resto del año va a pérdida para sostener nuestra amada cultura?
El tema es largo. El problema es complejo. Pero sería saludable empezar por señalar algún que otro detalle que conocemos y que seguramente nuestros lectores completarán con otros de su propia cosecha. Por ejemplo: se sabe que las editoriales, entre otras cosas- salen a liquidar todos sus clavos, sus "errores editoriales", a precios que son la esquilma de sus queridos clientes, perdón lectores. Los sentimos contar los billetes con las manos sudorosas y los colmillos manchados de sangre detrás de los decorados sobre los que penden las fotos de Cortázar, Borges, Saramago, etc. Los escuchamos recomendar las traducciones del Capital de Marx, mientras -como dice el tango- le niegan a sus trabajadores un pedazo más de pan. No importa, los colegios deben llevar a sus estudiantes en excursión para que, desde chicos, los infantes se enamoren de la lectura.
Este año como otros que pasaron todo será igual. Este año como otros nos repetiremos la frase de Adorno: "Toda obra de arte es un delito a bajo precio".

La galería de Analita Fortabat

Más Saudek

jueves, enero 25, 2007

Pornology 1

Después de lo que todos sabemos, qué importa el juicio de la mayoría. Finalmente, quedamos reducidos a un juicio unitario, personal. Buscamos nuestras propias conclusiones. No ignoramos lo que sabemos del determinismo, la marca de clase, la lengua que nos habla. Es más, nadie podría creerse tan original, eso está claro, como para pensar que descubrió algo que nadie antes había visto. Sin embargo, dejamos la puerta abierta para decir algunas cosas. Primero, el cuerpo. Segundo, el amor. Tercero, el arte o cuando menos, el artificio. Es una trilogía compleja, rica en matices y recovecos. Lo mismo puedo decir de él como género, con la salvedad de que todas las aristas de esa trilogía se pliegan en un solo escorzo. El cuerpo se pliega en el amor, el amor en el artificio, y al fin, todo es una forma de la estética, una gimnasia, que nos cautiva como un acto de proezas en el circo. Frente a él ¿volvemos a ser niños?

La columna de Don Genaro

E n v i d i a s a n a

Buscamos una foto que congeniara a nuestra Mónica con el galán que la acompañó en cine -hasta donde sabemos- en un par de oportunidades. Entonces, como un buen ejemplo de la demagogia de género, la exhibimos a su consideración.

Bellucci-Cassel

En respuesta al comentario que vincula Videos de barrio y cine francés, compartimos la misma frustración. En los alrededores de Parque Chacabuco, el gusto medio de los comerciantes devenidos expertos de cine resuena cercano al criterio de los choferes de micro de larga distancia. Siempre ofrecen la saga de Rápido y furioso, la filmografía de Van Damme, etc.

miércoles, enero 24, 2007

DESHECHOS BAJO TIERRA

Hoy presentamos:
No puedo respirar

La empresa Metrovías llama al calamitoso sistema de aireamiento de los túneles, pasillos, andenes, etc, que conforman su red de transporte público: "ventilación forzada"; mejor deberíamos llamarlo "respiración forzada".
Si alguien toma el subte a diario, notará -salvo que en lugar de ser humano, sea una especie de pez de aguas cálidas que desprecia el óxigeno- desde que entra hasta que sale de la red, lo dificultoso que se hace respirar.
Cuando se está por entrar -tomemos por ejemplo el acceso ubicado en Bolivar e Hipólito Yrigoyen- lo primero que se percibe es un calor insoportable que preanuncia el castigo que se avecina.
Como puede haber personas distraídas es bueno señalar un descubrimiento -dicho sin soberbia- que hizo nuestro equipo de colaboradores.
Uno de nuestros enviados nos comentó su experiencia al preguntarse cómo era ese calor que sufría como un cachetazo cada vez que estaba a punto de descender las sucias escaleras que lo iban a llevar a la boletería. ¿Era un calor seco como el del Altiplano? No. Era más parecido al calor vaporoso que inunda los vestuarios de un club al momento de las duchas.
Alucinado bajó las escaleras buscando la boletería donde comprar su pase. Después de hacer la cola de rigor llegó a la instancia de la compra. Pagó, y de golpe –nunca antes había reparado en eso- sintió entre sus dedos un gélido cartón. Miró sorprendido al boletero y lo vio abrigado como Björk en uno de sus videos islandeses. Tocó el vidrio de la cabina y la misma sensación de alivió y sorpresa recorrió sus dedos: el cristal estaba congelado. Aún dentro del instante que duró la transacción buscó el origen del frío y lo encontró en la carcasa blanca de un split. Tomó su pase y se retiró a unos metros del lugar. Buscó, a pesar de la mala iluminación del ambiente, dónde estaba la otra mitad del aire acondicionado que tanto frescor propiciaba a los trabajadores del subte. La encontró. Arriba de la cabina, pero algo disimulada, por no decir escondida, detrás de un cartel de la compañía, se hallaba la otra mitad del paraíso helado: un compresor exudaba el calor vaporoso hacia el pasillo donde los pasajeros se deshidrataban sin darse cuenta. Buscó con la mirada otros espacios dedicados privativamente al personal de la empresa y comprobó que cerca de esas puertas que advierten “privado”, se podían divisar diversos compresores, repitiendo la misma operación. “¿Quién fue el genio que puso esto así?”, fue la primera pregunta que acudió a su mente. Los días pasaron y los viajes en subte se sucedieron con la misma frecuencia que la rutina laboral exige y durante esos días se dedicó a buscar los aparatos de aire acondicionado dispuestos en las estaciones de subte y comprobó el horror. El calor infernal que amasa nuestros pecados bajo tierra es producido en su mayoría por los centenares de “aires” colocados como nadie, ninguno de nosotros colocaría ese dispositivo en su casa. Es decir lanzando el calor hacia dentro de nuestros dormitorios y exhalando el frío hacia el espacio exterior.

lunes, enero 22, 2007

PASTILLA

Pobre Sartre

En un diálogo escuchado al pasar, alguien dijo que Sartre no había entendido nada de Heidegger. Otra persona en esa conversación arrojó la respuesta iluminadora: "Lo que pasa es que Sartre no estudió, en la UBA, con Cragnolini".

domingo, enero 21, 2007

Elecciones afectivas. Número 4

Jesús no comía vidrio

Mónica Bellucci

Para muchos este fue el verdadero milagro

jueves, enero 18, 2007

Mi marxiano favorito

Me pregunto si un pensador inteligente como Benjamin habrá llamado tarado a otra persona por pensar distinto. Incluso cuando esa otra persona fuera realmente de pocas luces. Las calificaciones tales como “tarado”, “hacerse el vivillo” poco remiten al texto que generó la respuesta del autor de Montserrat; más bien parecen ser ataques al autor del comentario. Se deduce que a la hora de cerrar el diálogo, es siempre mucho más efectivo, carnal, pensar que “autor” no es una categoría de análisis sino ese referente al que es mejor vilipendiar. Y si bien es hermosa la frase “tengo para mí que la amistad es el momento más agudo, más grave, más agobiante del disenso: lo que nos enfrenta, una y otra vez, a lo que no somos capaces de pensar por nuestra propia cuenta”, hay que señalar que la amistad según el autor de Los años noventa, se conforma, de acuerdo a sus palabras, en un círculo de mentes brillantes. Por cierto, los círculos, son cerrados, y los círculos de amigos son selectos. De ahí su filiación con “Benjamin, Foucault, Deleuze, Martínez Estrada, Severo Sarduy”.
La imagen del círculo es útil para volver a una frase de Schettini, en la nota mencionada, que dice: “si hay un rasgo definitivo de las novelas del siglo XXI es su mirada exótica puesta sobre el universo familiar e inmediato”. La pregunta podría ser: ¿cómo sabe Schettini cómo son todas las novelas que pertenecen al conjunto de las novelas del siglo XXI? Sería bueno tener una respuesta. O será que el texto de Schettini dice que leer la novela de Link alcanza para representar al resto de las novelas de tan enigmático universo.
Se desprende entonces que Schettini es libre de trazar las territorialidades que más le plazcan, lo que es más cuestionable es que el exceso en la generalización termine por clausurar un estado de cosas.
Por otra parte, el hecho de que las cosas no preexistan –en tanto sociales- a su nombramiento, acentúa mucho más los gestos políticos que tenemos –queriéndolo o no- cuando nombramos, elegimos, recortamos determinados espacios de la “realidad”. Podemos hacer o no un análisis inmanente de determinada obra, lo que seguramente no podemos hacer es pretender cierta ajenidad respecto del mundo una vez que lo nombramos. Es así que cuando Ludmer menciona que determinados textos conforman lo que ella llama postautonomía, los lectores –acordemos o no con sus ideas- ya no podremos vivir en un mundo donde ese análisis no exista.
Esto podría entenderse como el peso de lo político en el acto de nombrar. Determinadas relaciones no preexisten a un texto; por su parte, los textos inauguran posiciones, que los transforman a su vez, en hechos políticos. Dicho de otro modo, no se puede evitar que, a la postre, se lean relaciones de determinados textos.
Es oportuno reconocer a Link su llamada de atención cuando dice “no se entiende sobre qué base se podría sostener que la "amistad" es previa al texto y no que se deduce de él o que en relación con él opera, también, como una función”, igualmente es importante destacar el impreciso uso de la función “autor”, subrayado por Link.
No obstante, y para concluir parcialmente, una señora supo decir que “bibliotecas enteras de teoría literaria han querido desplazar del interés de los lectores: precisamente, el “yo” del escritor, que su obra no sólo enmascara sino que niega para que emerja la narración y la palabra de los personajes. Sin embargo, de manera empecinada, los lectores nos interesamos por los escritores...”

martes, enero 09, 2007

TURISMO AVENTURA


LLEGÓ EL CAMEL TROTSKY

Único en Latinoamérica, este año se lanza el Camel Trotsky. La afamada marca de cigarrillos se aventuró a organizar este certamen, para aquellos que no tienen miedo de desafiar los límites de lo conocido.
Al momento se han inscripto participantes de los más variados países quienes, al mando de una 4x4, deberán atravesar una villa miseria y llegar a la meta sanos y salvos.
Los sobrevivientes se harán beneficiarios de impresionantes premios. No se lo pierdan. El sabor de la aventura puede comenzar a la vuelta de la esquina, cuando alguien nos pida "amigo, me da una moneda".

domingo, enero 07, 2007

La galería de Analita Fortabat


Nos cabe Saudek

El espacio literario

La Crítica como club de amigos

Ariel, es un espíritu servil, que confunde con sus canciones a los personajes,
tomado de la Enciclopedia Wikipedia.

“Si hay un rasgo definitivo de las novelas del siglo XXI es su mirada exótica puesta sobre el universo familiar en inmediato”.

“Es evidente que esa necesidad inclaudicable de la narrativa moderna del siglo XXI de construir fijaciones territoriales ... está ligada con el uso de los espacios virtuales...”

Ambas citas de Ariel Schettini, en Punto de vista noviembre-diciembre de 2006, forman parte de su reseña crítica sobre la última novela de Daniel Link llamada Montserrat, publicada recientemente por editorial Mansalva.

Al respecto señalaré algunas cosas:

El uso de la inducción simple parece fascinar al autor de la reseña. Como vemos en las citas antes presentadas, con las pocas novelas que se publicaron en los últimos seis años alcanza para hacer un pronóstico sobre lo que nos espera en los próximos noventa cuatro que tenemos por delante. De manera que como dice por ahí una canción “el futuro llegó hace rato”.

Por su parte, la prestigiosa revista Punto de vista, que muchas veces “rebotó” artículos haciendo gala de un agudo sentido de la crítica y del derecho de admisión, fue algo más flexible con la nota de Schettini, la que abunda en lugares comunes y en vaguedades. Cito a Ariel: “La última ficción, es que el espacio es real y tiene fijada una identidad”.

En este punto, lo que hace ruido es el curioso contraste entre la concepción de un pensamiento científico, académico, crítico, sostenido como valor por la revista, y este texto, hábilmente político, que concibe a la crítica literaria como una diálogo entre amigos. En el texto, parece que se va a decir algo, no se dice; y cuando se debe concluir alguna idea, emerge el elogio, porque entre amigos hay que tirarse flores.

La crítica como club de amigos sí podría ser –abusando de la inducción antes mencionada- una forma del folclore nacional. Aquello de “hacete amigo del juez”, late en cada palabra de los blogs, suplementos culturales, o revistas especializadas del ambiente local. Y cuando hay toma de posiciones –me refiero a la polémica desatada por la renuncia de Tarcus en la Biblioteca Nacional- es porque sin duda se están jugando espacios de poder o como los llamaría Schettini, de definición territorial.

La verdad es que para definiciones territoriales no necesitamos a un crítico literario formado en la Universidad de Buenos Aires, nos alcanza con un puntero del PJ.

lunes, enero 01, 2007

Elecciones afectivas. Número 3



La máquina de Watts

Desde King Kong hasta la chica del Mulholland Drive, gran parte de la especie humana está pensando en ella.