sábado, septiembre 24, 2011

Parecidos

como en la intertextualidad a veces hay dos en uno o dos en dos o entre sí ciertas cosas pueden ser de sí algo que quién sabe.

No me van a negar que Antonio Birabent en el video "Guitarras rotas" no es una fusión de Bono con Miguel Bosé. Miren su cuerpo, sus ademanes y después opinen.

domingo, septiembre 18, 2011

el bulli

Todo por dos pesos

Cameron Diaz en una película es la dueña de una empresa que se dedica a hacer trailers. Cuando vamos al cine y vemos las colas notamos que hay como plantillas y entonces las comedias son todas iguales, los dramas se parecen todos entre sí, lo mismo las de accion y las de suspenso, por citar algunos géneros. El otro día vi un documental sobre Paco Urondo. Muy emotivo. Pensé qué sería del cine si por cuestión de abaratar costos todos recurrieran al tercerizado. Por ejemplo, un grupo de derecha contrata a alguien para hacer un emotivo documental sobre Videla. Con los mis procedimientos y músicas incidentales contar las bondades del dictador perseguido por estos tiempos democráticos. En la empresa de Diaz bien podría hacerse. Es la lógica de la economía de escala.

viernes, septiembre 09, 2011

Los dueños de la tierra

ahora que se está hablando de la posibilidad de un proyecto de Ley que regule la compra salvaje (¿sabían que Batistuta tiene 100.000 hectáreas? ¡Qué golazo!) de tierras, es bueno escuchar esta canción de Serrat.

Digamos que esto no es nada nuevo, siempre desde el pensamiento de izquierda, uno de los temas fundamentales que se planteó era la posesión de la tierra, y claro, la crítica al latifundio.

Pero, bueno, en fin, más vale tarde que nunca.

La ley debería ser retroactiva y confiscar todo lo que hubiera que confiscar. Ir por una república de farmers y dejarse de joder. Ir por la producción cooperativa y dejarse de joder con esta mierda de Constitución liberal que tenemos. Ah, y con estos mierdas de legisladores liberales que también tenemos, al carajo con ellos.

Joan Manuel Serrat - Padre

martes, septiembre 06, 2011

Confesiones de invierno

X me dijo un día “cuando yo era comunista…” esto me dejó algo triste. Pensé “X habrá conocido el paraíso?”, “¿el paraíso nunca existió y por eso X lo dice con algo de ironía, sabor a derrota o un resto de sorna?”. Ayer vi el último número de la revista Le Monde. Un ensayo fotográfico daba cuenta de lo que el magazine llamaba “nostalgia por la Unión Soviética”, se refería a la nostalgia por sus objetos de uso cotidiano, pero se adivinaba entre líneas una relectura de aquel pasado que ni bien caída la URSS fue saldado rápidamente pero que hoy, al calor de nuestros días, parece ameritar otra lectura.

X sigue convencido de que hizo bien en abandonar su pasado, pero sin embargo lo recuerda cuando se jacta de haber vivido en una especie de edad de la inocencia. Y lo loco es que lo que contrapone a esa inocencia no es nada nuevo, ni siquiera justo. Pensé que el comunismo podría ser un estado de conciencia. Pero esto me resultaba algo metafísico frente a tanto materialismo del pensamiento marxiano. Pensé que quizá nunca fue lo creyó ser y por eso cierta liberación de sí mismo no tendría el sentido que él cree darle. Se podrían imaginar muchas combinaciones entre lo que fue, lo que creemos que fue, lo que dejamos atrás, lo que creemos dejar detrás, lo que imaginamos vivir ahora, lo que creemos que es la novedad, lo que oponemos a la inocencia, lo que nos tranquiliza, lo que perdemos con el tiempo, lo que creemos ganar.