miércoles, diciembre 22, 2010

La patria gramsciana olvida a sus patriotas


Lo que piensa la mayoría de la gente -esa palabra que suele usar Clarín para titular a la sociedad- lo que siente bien profundo es que la culpa de nuestros males radica en los políticos y la política en general, en los inmigrantes -nunca si vienen de Dinamarca-, los villeros y los "negros", por ser breve.

La gente piensa que a los "okupas" hay que echarlos, nadie sabe adónde. Es más, si pudieran hacer un genocidio higiénico, lo harían.

Entonces, por qué no reconcer a estos próceres que hicieron el trabajo sucio de la sociedad civil que resultó ganadora del modelo de los últimos 30 años.

Videla, no te olvidamos y te reconocemos.
Shhh!

Leímos El Silencio, de Luis Gruss.

De manera inversa a lo que una mente estrecha como la mía podría pensar, un elogio no es sinónimo de recomendación. Es por eso que El silencio, el reciente libro de Luis Gruss, publicado por Capital Intelectual, no es una invitación, al menos en su forma narrativa, al recato ni a la vida monacal.

Todo lo contrario, lejos de las formas que hacen del vacío su todo o que se presentan desnudas como un patio zen, El silencio, es un libro frondoso, un libro citadino y céntrico. Un libro donde la idea de silencio no pasa por invocar la ausencia de ruido sino por definir al silencio como aquello que no se escucha en medio del bullicio.

Un texto diseñado para aquellos que quieren recoger pequeñas flores en plena selva. Es, sin dudas, un artefacto para psicoanalistas o detectives, un libro para aquellos que entre tantos rostros iguales pueden descubrir uno peculiar.

Pero retomando, a pesar de llamarse El silencio, sus páginas son recorridas por infinidad de voces, citas, reflexiones, es, paradójicamente, un silencio coral.

Sus tiempos parecen los de la tertulia, otra imagen contrastante al silencio. Los nombres propios que abonan cada una de las posturas que se esgrimen a cada momento provienen desde distintos tiempos y distintas geografías. Diversas culturas en una charla atemporal invocadas para hablar de lo que hay que callar o de lo que significa callar.

Este cuadro sin tiempo, este óleo metafísico, lo vuelve un pastiche rockero que tiene o busca la emoción con la lógica de una canción. El silencio es una canción de cuna; se escribió para ser leído con poca luz, en medio de la gente, cuando todos están hablando.

lunes, noviembre 15, 2010

Acabo de terminar Requena, de Alejandro García Schenetzer, un texto publicado en 2007 por Editorial Entropía, que imagino se conseguirá en las librerías de Buenos Aires.

Siento más tu muerte que mi vida

Ahora mis palabras: Le toca a la crítica eso de ser un segundo lenguaje que no viene a mitigar los desvelos de aquellos que buscan un sentido, con comillas, quiero creer, o varios sentidos, sino a proponerlo. De un modo más evidente que esto, la producción de la crítica, aparece en la vida, por obra y gracia de la imaginación, el virtuosismo petulante y la vanidad, ese género que vive en las muertes, que es postrero por naturaleza, que crece en los velorios como un hongo, cuando los autores –que siempre están muertos, diría un filósofo-, se mueren, vale decir, entregan sus palabras a los demás, muy a pesar de aquello que decía que un autor es el primer lector de su propio texto. La nota al pie de cualquier trabajo crítico –aunque nadie quiera vincular al sujeto empírico con su producto- podría escribirse de la siguiente manera y ser pronunciada con vos de estudiante gay “¿vieron que inteligente que soy?”. Entonces, proliferan todos esos textos ingeniosos que buscan sacar palomas por arte de magia, haciendo gala del arte indiscriminado de la cita e inundando suplementos culturales, que son algo así como las cloacas de la ciudad culta. Dicho, porqué escribir algo sobre algo que ya escribió sobre otra cosa, en nuestro caso Requena. La respuesta es: por cortesía. Debo una respuesta a su autor, quien tuvo la mala conducta de haber leído un trabajo mío, con perdón de los Trabajadores del mundo que nunca se unieron.

Requena es una interpretación, un arreglo musical, una partitura sobre una obra ya escrita. Esto no debe leerse como un ataque a la originalidad. Más bien lo contrario, es una revisita, una relectura. En estos tiempos nos queda el arte de la Conquista, nada más: construir un templo, con una nueva religión donde supo habitar otro, con otros dioses y otros rituales. Nuestro arte, por eso es bestial y emancipador. Viene en nombre de las buenas cosas a destruir las que otros consideraban, a su vez, del mismo modo y con igual derecho, buenas y justas. Volviendo. Como pieza musical viene a componer un réquiem de cámara, fragmentario. Quiere sumarse a un canon de obras elegiáticas, aquellas que buscan robarle algo a la muerte, como en la música se hace un impasse para robar un tiempo a la consecutio de las notas, así el final de este libro: “Como una hora esperamos en silencio tras la puerta... Hicimos callar a los vecinos para escuchar. Transcribo lo que llegamos a entender...” Así finaliza Requena cuando el nombre propio, se lleva desde su lecho de muerte, la experiencia de un sacerdote anarquista al más allá. Sus deudos, jóvenes para nada pervertidos por este socrático porteño, empiezan a escribir lo que llegan a entender. La crítica, mi tan odiada escritura, en su mejor versión, no en la de los profesores de Letras ni la de los críticos literarios, da su mejor zarpazo cuando asume su rol de carancho y se viste de negro. Rondar, que es como escribir, las palabras ajenas, así como en los cementerios se busca profanar tumbas. Salvo que en la escritura no hay tumbas ni nada sagrado y la profanación es sólo una metáfora que como tal es ideología pura. Acaso se trata de revolver los restos. Y en Requena, eso aparece desde el mismo arranque. “Restos”, una partitura de pedazos, una obra puntillista que suena y sueña ajada como una reliquia vanguardista. Aquél barón impune, amado por jóvenes palermitanos –no había ni una mujer en su séquito-, salvo aquellas que se enamoraban de su fama y acaso perpetraba fuera de los alcances de su dominio, para tener consigo la salvedad de no ser un cogedor -Requena es puro- se lleva con él la estafa de una sabiduría portátil, de un random de respuestas, de una credulidad. Requena, es la canción de la pérdida. Un poema beatnick decía “este niño está aprendiendo la epistemología de la pérdida”, en alusión a la tristeza de un niño cuando pierde su pelota. Lo mismo. Requena es una pregunta, también. ¿Qué se perdió? ¿Qué tenemos que escuchar detrás de una puerta? ¿Qué historia debemos empezar a escribir? Requena es –como buen obituario- un escrito de exilio. Los amigos se reúnen a hacer lo que mejor hacen los compatriotas, llorar al amigo caído. La historia –con y sin mayúsculas- empieza después, cuando se elige qué camino tomar para contarla y ahí, sobre nuestras cabezas, empiezan los cuervos a sobrevolar el cielo.

domingo, noviembre 14, 2010

"Nadie olvida la verdad, sólo saben mentir mejor", tomado de una película.
Reproducción

que la cultura es de derecha me parece cada día mas claro y denso. Se trata de reproducir, eso, de una cuestión vinculada con la natalidad, con dar a luz, sin luz, lo mismo de cada día, del día anterior, para que nada cambie. Aun cuando aparezcan efectos de superficie -en esta época donde lo profundo está a flor de piel- y, aunque suene paradójico, esos efectos de superficie, no sean otra cosa que la reafirmación de la afirmación. Por más border, que aparenten ser, muchas manifestaciones no son otra cosa que la misma factura de nuestra rutinaria esclavitud. El Estado por su parte es la invención acabada de la derecha, la frutilla del postre, el sueño de los zurdos. Por ejemplo, una radio de FM de la UBA siempre estará conducida por esos chicos blancos que toman mate y viven en Barrio Norte.

viernes, octubre 29, 2010


Anarquía en el Reino Unido


Hoy mejor que nunca hablar de anarquía, esa palabra que horrorizaba a el expresidente Duhalde allá cuando se hizo con el poder.
En la canción de los Pistols que da nombre a esta nota, una de las palabras que más aparece es destrucción. Sí, ahí estaba M. Thatcher, destruyendo, como la primera punk de la historia: muchas veces la denuncia es el primer producto del poder.
Tampoco es casual, que estos tiempos vuelvan a agitar las banderas del recorte, del ajuste, de las viejas recetas que ya están aplicando en el primer mundo, y, como sabemos, nada les cuesta aplicarlas acá.
Cuidado con la revancha neoconservadora.

jueves, octubre 28, 2010


K, el día después

Libertad de prensa

Hay que ser muy hijo de puta para ser Rosendo Fraga, pero hay que ser de verdad un terrible hijo de re mil putas, para serlo. Y hay que ser más hijo de puta para ser director editorial de La Nación (entregada), para permitir que alguien publique semejante afrenta, como la mierda que publicó ayer ese diario de mierda, del cual todos los tilingos dicen que están bien escrito. ¿Qué habrá leído esa gente en su vida?

No llores por mí, Argentina

Ayer en la Plaza de Mayo había mucha gente, variada, diversa, como dicen ahora autoconvocada, (sin que esto no juegue aquí mas que el color de una ironía), y esa gente estaba triste de verdad.
La pregunta, poco original que vino a mi mente, fue ¿cuántos se van autoconvocar cuando muera el h de p riojano, el sorete que gobierna la ciudad de Buenos Aires, los viejos que están presos por haber sido represores, el que se aburría y se fue en helicóptero, el cabezón. ¿Cuántos van a reunirse en la Plaza de Mayo?

Hablar es fácil. Para cambiar sin traicionar nunca es tarde

Otro boludo: Federico Storani dijo en un reportaje hará cosas de un par de meses que Néstor fue un cagón, que nunca militó en nada y que lo que hacía con los DDHH era para buscar rédito político (¿cual?, me pregunto yo en una sociedad de derecha como esta, él, Fredi, sabrá), que cazaba leones en el zoológico, etc. Qué lástima que no fue él, el que ordenó bajar el cuadro de Videla. Qué lástima; y me pregunto, si habrá sido tan fácil como él cree haber bajado ese cuadro.

miércoles, octubre 27, 2010


K


No soy pro K, pero no sé porqué detesto profundamente a los anti K. Creo, en principio, porque son sumamente berretas entre otras cosas, cosas como mediocres, ignorantes, individualistas. Muchos anti K son los clásicos gorilas, otros, provenientes de las izquierdas, son profundamente racistas, quieren una izquierda blanca y desde ya, que están muy lejos de entender al morochaje peronista. Está claro que una gran parte del peronismo es mejor perderla que encontrarla, está claro también, que Néstor no era el Che Guevara, pero quién lo es después de todo lo que vivimos. Quién.

Las acusaciones que se arrojaban contra el matrimonio presidencial (así llamado por ellos, los anti K) entre otras los tildaban de "autoritarios" y "mentirosos": por la ley "anti libertad de prensa" y "por las falacias del Indec", es justo señalar con ironía que estamos salvados porque ni de Narvaez, ni Macri, Ni Carrio, Ni Duhalde, podrán ser acusados de eso.

¿Qué nos queda? Lo de siempre, hacernos cargo de nosotros mismos; ah, y de ellos también.

Adios, Néstor.

jueves, octubre 07, 2010

La fiesta de los chivos

Hoy en la feria de Frankfurt se recibió la noticia de que habían otorgado el premio Nobel de literatura a Vargas Llosa. Había que ver cómo se ponían de contentos y excitados los burguesitos editores y empleados de la multinacional que tiene sus derechos. Contentos empleados, mojaban su ropita interior. Una escritora argentina, bastante pacata ella, salió en la web del diario El País de España, contando cuando el ahora premio Nobel, le autografió un libro. Lamentable. Estos son los que se arrogan los espacios de la cultura para sí, los que se presentan como herederos de vaya uno saber qué mierda de tradición; emocionados porque un señor que pregona el liberalismo con los argumentos mas caducos, ahora se convierte en prohombre de la cultura. Así estamos.

viernes, octubre 01, 2010

Barcelona 2010

Vine por primera vez en 1994. Menen era por primera vez presidente de la Argentina. Viajar era barato porque nuestro peso estaba sobrevaluado. Me pagué el pasaje vendiendo una Fender Aniversario y un amplificador Acoustic, también vendí unos pedales que usaba para alterar el sonido de la guitarra. Recuerdo a mi vieja diciéndome “no la venda, te vas a arrepentir”, tenía razón; pero los desvíos en nuestros caminos son raros y, aún arrepentido, ese viaje me sirvió para ver qué cosas cambiaron para mí, sólo para mi mirada, de la Barcelona del 94 con esta del 2010.

La del 94 era una ciudad más marginal, más densa, uno sentía que en la calle había gente sacada, medio drogada, alcoholizada, algo agresiva. Se escuchaban gritos en la noche que atravesaban las ventanas del hotel de la Rambla donde paraba. A la mañana temprano uno veía las calles sucias y el estado general de la ciudad si bien estaba entero era algo normal comparado con Buenos Aires.

Hoy Barcelona parece una ciudad entera recién construida. Como si en 10 años se pudiera levantar una ciudad como esta desde la nada. Las calles están azules y las líneas que ordenan el transito, dividen los carriles, protegiendo a los peatones en las esquinas, relucen recién pintadas con colores plenos de amarillo y blanco. Los edificios viejos del ensanche tienen los bronces relucientes y sus puertas como nuevas, restauradas en sus partes y puestas en valor con maderas tersas y jóvenes que enseñan sus lacas y barnices lustrosos. Si vieran la puerta de mi casa en Buenos Aires, carcomida por el olvido y gastada por el sol que la dejó seca como un pedazo de tronco abandonado en medio del desierto, llorarían de tristeza.

El barrio donde está la Fira Nueva, cerca del Montjuic, uno lo puede entender. Es un barrio como nuestro Puerto Madero, surgido de algún boom inmobiliario o producto de vaya uno a saber qué clase de arreglo. Sí, podemos entenderlo. Uno camina por sus calles con la misma angustia que produciría caminar por un barrio en la Luna. No podemos saber quién vive en esos edificios que parecen desolados. No vemos a nadie por sus calles o lo que es peor, a veces vemos desde lejos a alguien cruzar una esquina y rápidamente desaparecer, lo que nos produce algo más cercano al vacío y la soledad que a la alegría de ver un ser humano en medio de la nada.

El Barrio Gótico, quizá es lo único que cuando lo veo parece más cerca de aquel recuerdo del 94. Acaso por su antigüedad un poco decadente y su entrazado lúgubre propio de algo que no viene de la modernidad. Es, desde ya, el contra canto al ensanche el que con todo su damero programado y su desborde irracional, también burgués, con sus botánicos devaneos modernistas le da la razón a aquella idea que decía: “documentos de cultura, documentos de barbarie”.

lunes, septiembre 06, 2010

Los niños que escriben en cielo

¡Cómo puede haber tanto periodista forro para decir las cosas que dicen de los pibes que toman las escuelas! ¡Qué hacen politica! Y sí, alguien la tiene que hacer. Esos periodistas se horrorizan de que los pibes van a perder el año. ¡Y que lo pierdan! Total, ¿para qué quieren que terminen la escuela? ¿Para ser jurados de Tinelli?
Payasadas

a uno que tiene un niño de casi 3 años y que le toca llevarlo a los cumpleaños de los compañeritos del jardín también le toca ver cosas que preferiría obviar, no por que hieran la propia sensibilidad, sino porque exhiben de manera acaba la decadencia que nos toca vivir, decadencia vestida de originalidad.
¡Cómo pueder ser que los titiriteros digan que hacen títires cuando se ponen una media en la mano, delante de los chicos! Esa estupida idea de que hay que mostrar el artificio porque títere es todo. ¡No, loco, quiero magia! ¡No me muestres tu puta mano con una media mientras haces voz de pelotudo! ¡Los chicos quieren ilusión! ¡Son chicos, no están haciendo teoría del teatro, tarado!

jueves, agosto 26, 2010

Cuál es mi perfil

hoy la palabra perfil (profile) aparece en todos lados y significa siempre lo mismo y cosas diferentes, cosas de cada uno, o cosas que cada uno cree que cada uno es, o cosas que pueden hacernos creer se puede ser cada uno, como cada quien, y qué sé yo cuántas cosas más.
Perfil, entre todas esas cosas y sus significados es el nombre de un periódico de la ciudad de Buenos Aires. Es también el nombre de un grupo empresario editorial. Grupo editorial Perfil, que entre otros negocios, publica el diario ya mencionado. Perfil, el diario, tuvo una primera época, donde según me dicen, su CEO quería hacer el diario mejor escrito de la Argentina, en sus palabras, nuestro New York Times. Esa primera época tuvo un problema. Se encontró con la apretada del diario Clarín que le dijo a los anunciantes que iban a anunciar en Perfil que si no anunciaban les haría descuentos especiales. Obviamente esos anunciantes se fueron a Clarín, la estrategia duró hasta que Perfil no aguantó mas y claudicó. ¿Libertad de prensa? Hoy Perfil tiene una segunda época, algo desmemoriada de su propio trauma y no recuerda aquel mal trago. Sale disciplinadamente sólo los fines de semana, como lo que es, una mala revista de cultura.
Su CEO, que tango gusta citar filosófos, pobre Nietzsche, para darse lustre de intelectual es el responsable editorial de bellezas tales como la revista Caras o la pésima Noticias. Curiosa indulgencia la nuestra ¿no? Cuando creemos que este CEO es un cultor del periodismo de alto vuelo.

jueves, agosto 12, 2010

Cena


Hoy, en una cena, trataba de explicarle a unos amigos qué diferencia encontraba entre la ficción y la no-ficción. Si por no-ficción entendemos el relato de un reality de TV y por ficción, una novela. Absurda e innecesaria explicación, me dirán. Pues sí, vano intento. Máxime si uno no tiene ni maldita idea de qué iria la supuesta cuestión. Pero la idea sería que uno cree que la ficción es un contrato con uno mismo, un propósito por seguir adelante con el propio mundo privado. En cambio un reality es la claudicación de cualquier propósito. Es la consagración de las causas y los efectos. Yo escribo para romper lo la determinación aunque escribir sea lo más determinado del mundo. En la ficción hay un contrato hecho para ser roto en cualquier momento. En los realitys todo lo roto pugna por ser compuesto a raíz del juego y el conflicto programado. En la ficción se busca la inutilidad y a su vez el contrato no ofrece garantías. En los realitys nada escapa a la lógica de los premios.

domingo, julio 04, 2010

Ahora dicen que Alemania es un Mercedes


Varsky dice en La Nación de hoy que el modelo a seguir a nivel organizativo para tener una selección exitosa es el modelo que desde hace dos mundiales viene desarrollando Alemania. Lo dice después del cero cuatro de ayer. A estas horas todos hablan de ingeniería alemana, de orquestación, de funcionamiento perfecto, de equilibrio, etc.; todas aproximaciones a pensar la vida y el juego como una mecánica, como si la meta final de cualquier producto fuera un automóvil alemán. Los campos de concentración nazis funcionaban con la misma mecánica, esto también es cierto al punto de que nuestra dictadura tomó nota de ello y como hoy recomienda Varsky, hicieron de la ingeniería social una máquina de gestión disciplinaria casi perfecta. Ahora, no se trata de correr por izquierda al cronista de La Nación. Tampoco de establecer una filiación tirada de los pelos (esta selección alemana y los nazis, con nuestra dictadura), la idea es criticar la remanida tendencia a la chupada de media, a que todo lo que viene de Europa es fantástico. Ahora Klose es un gran jugador. Basta de mentiras. Estos muchachos alemanes jugaron al papi futbol. Si como dicen muchos crónistas nos creímos, nos agrandamos porque le ganamos a Grecia, Nigeria, México, equipos "chicos", no se crean tampoco que esta Alemania es una gran cosa. Jugó contra un rival que entró a la cancha 15 minutos tarde y que nunca encontró el juego en el medio campo. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que no hay más enganches en la Argentina -excepto el amargo Riquelme- y esa carencia nunca fue subsanada por Maradona quien no terminó de armar una estrategia honesta -el tridente nunca existió- porque Messi o Tevez debían bajar a buscar la pelota aún mas abajo que un diez clásico y todos sabemos que Messi nos es diez. El millonario pibe lo intentó, pero no es diez y tampoco va a ser diez en el 2014, lo digo desde ahora, porque si no quizá podamos probar con el arquero juegue de nueve. Quién nos dice, en cuatro años quizá se convierta en goleador. No pasa por madrurez ni por magia ni por nada. El juego tiene cosas simples como números detrás de la espalda. Esos números tienen un sentido: hay que entenderlo y honrarlo. Es cierto que Argentina tenía problemas: los cuatro de fondo nunca cerraron del todo bien. Volvamos a los números ¿por qué no tener dos laterales y dos centrales que hayan jugado de eso toda la vida? El medio campo: el único que jugó de cinco fue el cinco. ¿Por qué no trabajar mas la idea de un doble cinco o de dos ochos que contengan y armen? No fue el caso de Dimaría ni de Rodriguez, que estaba lejos de su nivel. Recuerdo: no hay más diez. Arriba no es el problema. El problema con Alemania fue que además de entrar 15 minutos tarde: el equipo estaba largo, regaló el medio campo y el partido se escapó frente a un equipo previsible y ordenado, sin magia, que ganó con claridad y con la autoridad con la que le gana un partido de papi chicos de quice a unos pibes de doce años: corrida, centro atrás, y a empujarla. Alemania no es un Mercedes, no se mojen mas las bombachas con eso. Tampoco se olviden de que es el equipo de la señora que aplaudía en la platea cuando días atrás fue la maestra y abanderada del recorte europeo. Ese recorte también es ordenado, Varsky.

lunes, junio 21, 2010

¡Qué drama!

En el diario Perfil de ayer aparece una nota a una joven dramaturga local que desarrolla su carrera en Alemania, según la nota, porque en nuestro país no hay dinero, financiación, crédito, con la consabida falta de oportunidades que la ausencia de capital provoca -no sólo a los creadores- dentro del campo de las políticas culturales, para aquellos que optan por un arte de vanguardia, rupturista, de fricción. La dramaturga dice que para poder llevar adelante su obra -de riesgo, a contrapelo de los gustos masivos- debió a lo largo de su formación y carrera en la Argentina dedicarse a tareas subsidiarias tales como dar talleres literarios, clases de dramaturgia y hasta realizar "encuestas de detergentes". Agrega que la única vez que consiguió dinero del gobierno para realizar una obra fue insuficiente y que además el régimen burocrático de turno le brindó la asistencia de dos personas que no le eran útiles a los fines de su proyecto artístico de modo que esas personas se dedicaron a tomar "té en el camarín". Con todo esto encontra, debió exiliarse en Alemania, dondé sí el Estado es eficiente y si te da dinero y oportunidades, lo hace con todas las de la ley. Pero la nota también dice que la dramaturga se forma en la UBA. Ahí sí hubo un subsidio, un subsidio dado no sólo por el Estado, sino también por la sociedad civil, por los miles de trabajadores que jamás irán a la UBA y que cada vez que compran algo pagan el 21% de IVA para que entre otras cosas, la dramaturga se pueda ir a Alemania a perfilar su carrera de aguda actitud crítica. Sería crítico y de vanguardia que los pobres no pagaran el IVA para que los dramtaurgos de vanguardia puedan serlo aún más y su exilio, sea un exilio con mayúsculas.
Quiero agregar algo de mi propia experiencia: tuve la oportunidad de conocer a esta dramaturga. Vivía en un departamento del barrio Las Cañitas, a metros de la Av. del Libertador, herencia de un familiar suyo. Cuando leí la nota pensé en la palabra "frivolidad". Pensé que el diario Perfil torcía, también, las palabras de la dramaturga, porque además de los malos ejercicios que tienen nuestras administraciones en el campo de las políticas culturales, seguramente la dramaturga no había dicho las cosas tal cual el diario las presentaba -aunque se tratara de un reportaje- porque de hecho el título de la nota era una supuesta cita del propio reportaje, cita que nunca aparece en el diálogo transcripto. Además, por lo que conocí a esta creadora quiero creer que no se trata de la persona liviana que presenta la nota. Con lo cual, entiendo que el diario en su característico odio a lo político -propio de casi todos los medios vernáculos- aprovechaba la historia de la dramaturga para atarcar, de paso, a las administraciones "burocráticas" -municipales y nacionales- y en esta ruta pegarle un poco al gobierno actual.
Lo cierto que esta creadora se desarrolla en Alemania donde sí la burocracia funciona y los subsidios al arte no caen en saco roto. Nuestra burocracia, como dice la nota, está "fosilizada". Para variar: siempre buenas noticias y lugares comúnes.

sábado, junio 05, 2010

Si nos envidian, la envidian

quién, carajo, tiene una presidenta tan hermosa, tan hembra, tan yegua que la querían boletear, con tantos ovarios, como dicen las mujeres, con tanta capacidad ejecutiva, tan fuerte, con tanta dicción, con tantos buenos discursos, con pelo largo, quién.
Los orientales apenas si consiguieron a un guerrillero jubilado que dice que escuchó gritar a las hormigas cuando los milicos de su país lo disciplinaron. Sin haber leído a Foucault, tenían bien clarito cómo se pone en caja a un atrevido que quería cambiar el mundo.
Nosotros, los nuestros, tenemos a la hembra, sí, ¡quién pudiera!

jueves, junio 03, 2010

El arte de la envidia

a un amigo que se fue del país en 2002, le escribí un pequeño texto sobre la envidia. Le dije que a veces envidiaba para divertirme, incluso, otras veces, envidiaba y eso no me hacía sentir la menor culpa. De hecho, de todos los pecados, la envidia es el que más tolero y mejor perdono. ¿Cómo no envidiar a Brad Pitt? Sería anormal no sentir ese sucio pecado, uno de los siete, con los que los curas, a quienes tuvimos la desgracia de educarnos en su pedagogía, nos quieren espantar. Mi amigo, ese que se fue, me manda una foto del lugar adonde se irá de vacaciones, un paraje hermoso, envidiable, al sur de Italia. ¡Cómo no envidiar!

miércoles, febrero 24, 2010

AVISO

PARA LOS SEGUIDORES DE ESTE BLOG

UN NUEVO ESPÍRITU ESCRIBE EN


www.losmartesanarquia.blogspot.com

si quieren visiten

domingo, enero 03, 2010

Adios y feliz 2010 para todos

Esperamos que un nuevo año comenzara para que darle fin a este sitio. A lo largo de estos años compartimos textos, fotos, músicas. En sus líneas aparecetieron algunas ideas (acaso es demasiado calificarlas de ese modo), provocaciones, tonterías en general. Nuestro lectorado: errático, casual, involuntario (la mayor de las veces) hasta se dignó, en contadas ocasiones, a dejarnos su opinión. ¡¿Qué mas podemos pedir?!

Creemos que el único acierto de este espacio fue su nombre. Acierto, al menos, doble, a saber: por lo filosófico que encierra la palabra "deshecho" y por lo anticipatorio en términos del solgan de la actual administración de la ciudad que hace méritos y honores cotiadiamos a nuestro título.

No queda más que decir: ¡Agur!