lunes, junio 21, 2010

¡Qué drama!

En el diario Perfil de ayer aparece una nota a una joven dramaturga local que desarrolla su carrera en Alemania, según la nota, porque en nuestro país no hay dinero, financiación, crédito, con la consabida falta de oportunidades que la ausencia de capital provoca -no sólo a los creadores- dentro del campo de las políticas culturales, para aquellos que optan por un arte de vanguardia, rupturista, de fricción. La dramaturga dice que para poder llevar adelante su obra -de riesgo, a contrapelo de los gustos masivos- debió a lo largo de su formación y carrera en la Argentina dedicarse a tareas subsidiarias tales como dar talleres literarios, clases de dramaturgia y hasta realizar "encuestas de detergentes". Agrega que la única vez que consiguió dinero del gobierno para realizar una obra fue insuficiente y que además el régimen burocrático de turno le brindó la asistencia de dos personas que no le eran útiles a los fines de su proyecto artístico de modo que esas personas se dedicaron a tomar "té en el camarín". Con todo esto encontra, debió exiliarse en Alemania, dondé sí el Estado es eficiente y si te da dinero y oportunidades, lo hace con todas las de la ley. Pero la nota también dice que la dramaturga se forma en la UBA. Ahí sí hubo un subsidio, un subsidio dado no sólo por el Estado, sino también por la sociedad civil, por los miles de trabajadores que jamás irán a la UBA y que cada vez que compran algo pagan el 21% de IVA para que entre otras cosas, la dramaturga se pueda ir a Alemania a perfilar su carrera de aguda actitud crítica. Sería crítico y de vanguardia que los pobres no pagaran el IVA para que los dramtaurgos de vanguardia puedan serlo aún más y su exilio, sea un exilio con mayúsculas.
Quiero agregar algo de mi propia experiencia: tuve la oportunidad de conocer a esta dramaturga. Vivía en un departamento del barrio Las Cañitas, a metros de la Av. del Libertador, herencia de un familiar suyo. Cuando leí la nota pensé en la palabra "frivolidad". Pensé que el diario Perfil torcía, también, las palabras de la dramaturga, porque además de los malos ejercicios que tienen nuestras administraciones en el campo de las políticas culturales, seguramente la dramaturga no había dicho las cosas tal cual el diario las presentaba -aunque se tratara de un reportaje- porque de hecho el título de la nota era una supuesta cita del propio reportaje, cita que nunca aparece en el diálogo transcripto. Además, por lo que conocí a esta creadora quiero creer que no se trata de la persona liviana que presenta la nota. Con lo cual, entiendo que el diario en su característico odio a lo político -propio de casi todos los medios vernáculos- aprovechaba la historia de la dramaturga para atarcar, de paso, a las administraciones "burocráticas" -municipales y nacionales- y en esta ruta pegarle un poco al gobierno actual.
Lo cierto que esta creadora se desarrolla en Alemania donde sí la burocracia funciona y los subsidios al arte no caen en saco roto. Nuestra burocracia, como dice la nota, está "fosilizada". Para variar: siempre buenas noticias y lugares comúnes.

1 comentario:

Mariana dijo...

cuac!