jueves, junio 21, 2007

Memoria Deshecha

¿Dónde mierda está Julio López?
Un breve texto en su honor

Apariciones

Donde aparece Ricardi aparece Leone, donde aparece Leone aparece Grimaldi, donde aparece Larraqui, aparecen los tres primeros, donde aparecen los tres primeros, aparece Larraqui y aquí la cuestión es: nunca hay “los tres primeros” porque ahora son “los cuatro primeros”. Donde aparecen los “cuatro” aparece el mayor Urruti y donde aparece Urruti, aparecen los soldados Diaz, Alonso y Nevares. Donde aparecen el mayor y los soldados aparecen los “cuatro primeros” y aparecen ¿por qué no? Aprile, Lamarca y Sulinga. Aparecen más tarde, Benitez y Ameli. Se suman al toque Gomez y Bolaños. Mientras aparecen todos estos aparecen Silvano, García y Brailovski. Lucanor Rojas y De Santis aparecen también. Príncipi no deja de aparecer cuando aparecen los demás y con él aparece siempre Albino, que no los deja solos y aparece Brindisi y siempre a su lado, Andreani, Baigorria y Falcón. Donde se encuentran todos aparecen los hermanos Tubinga y no tardan en llegar Burella, Leonardi, Torres y Di Sarli. Rimoldi, tarde pero aparece. Lo mismo Amodeo; y Del Priore no deja de aparecer. Valeta aparece, ¿cuándo no? Miranda aparece de golpe y sin avisar, Martín aparece con Brizuela. Para el caso aparece Acevedo y por las dudas Domisi aparece con Varela. Varela había avisado y así aparecen Batán y sus acólitos, entre otros Monzón, Telch y Alvarado. Había aparecido desde temprano Manrique pero nadie lo había notado. También pasó desapercibido Manusovich, que había aparecido con Lavalle, Ballardi y López. Habían aparecido antes que Ricardi y compañía, Milton y Brown. Para el caso da lo mismo si aparecen o no, Urlanga y Araoz, pero aparecen porque no pueden faltar. Tampoco faltan Bertoni y Goleta. No falla y aparece Curanti con sus hombres de confianza, a la cabeza Dotti, seguido de Amor, Simone y Ansaldi. Aparecen como siempre Torrado, Estrin y Campodónico. De la Vega aparece con gripe, pero aparece. Trayendo galletas y mate aparece Molinari y atrás lo siguen Ferrer, Albrich y Garmendia. De milagro aparece Cohen. No por casualidad aparece Saenz con cara de asombro. Triste aparece Medina. Aparece para consolarlo Burone. La compañía de teatro de Maidana aparece y justo se anuncia que está apareciendo el padre Arriarán. Maistegui aparece ostia en mano y Luna, aparece con un cáliz. Los disidentes de la UOM aparecen transpirados. El padre Arriarán los calma y por gracia de dios aparece el ministro que promete soluciones. Pampillo y Elvin aparecen sacando fotos y muchos otros, pero sobre todo Lamberti aparecen en primer plano. Prendiendo un fuego, sobre el fondo, aparece Montero. Sánchez Orondo se ata los zapatos y esto deja aparecer a Milone, que no se lo veía. Berardi, que no había aparecido nunca, aparece de la mano de Girone. Del Campo, Islas y Vallona aparecen en reemplazo de Lamónica, Kaufmann y Arregui. Sin embargo estos aparecen, al menos por un rato, cuando aparece Besone y Stern. Larrosa aparece sin ideas y Alves y Outes juran que sino aparecen en las fotos de Pampillo y Elvin, no aparecen más. Así aparecen por duplicado: encarne propia y para el recuerdo. Hardy aparece diciendo que “no tanto para el recuerdo, que aparecer es en presente; en futuro ya no sería aparecer”. Lima lo silba y así aparece delante de todos, silbando. A Lima lo silva Elvin que aparece fatigado por la discusión. Aparece desde atrás un tipo extraño. Quintana, que recién aparece, dice que el tipo se llama Valencia o Valenzuela, no está seguro. Igualmente Valencia o Valenzuela aparece. Por un rato, acaso aparece Delucci; y Paez, que está sentado, señala a lo lejos donde aparece Arrieta vestido de negro y hablando por celular. Aparece sin preludios una camioneta con altoparlantes. En sus puertas se lee “Municipalidad de Buenos Aires. División de Apariciones”. El intendente, doctor Núñez, en el interior de la cabina, aparece micrófono en mano. Al instante se oye el discurso de Núñez. A consecuencia de sus palabras surge la necesidad de abandonar el meeting. Todos y cada uno, están desorientados pero con la fuerte sensación de responder a ese estímulo que apareció inesperadamente. Poco a poco crece la confusión y hasta algunos chocan entre sí. Llega la lluvia y el barro en lógica consecuencia. Florece el atropello y por qué no la angustia. Aparece por todos lados la policía. El comisario a cargo, asoma, pero no da órdenes. Lo que se ve al cabo de un rato, es la plaza vacía y mojada bajo la luz del alumbrado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nos gustó.
gracias.

Anónimo dijo...

sabés que periodicamente me acuerdo de esta verguenza y me pregunto cómo no aparece todos los días en la tapa del diario los días que pasan sin que aparezca...serán las elecciones??
fuck!!!