martes, noviembre 20, 2007

Premio a la insistencia

Birabent o Tony, como lo llamábamos en el barrio acaba de lanzar otro disco al mercado y lo lanzó con todas las de la ley, como si fuera un discóbolo roquero, lo lanzó por todos lados, hasta la página de Clarín digital tiene un track de su nuevo trabajo como para que lo podamos degustar, y -los empresarios- con las ilusiones intactas se relaman imaginando gente revolviendo las bateas, billetes o plásticos en mano, pletóricos de deseos por tan preciada mercancía. Lo cierto, que es el disco número... van muchos, como diez. El corte de difusión, no está mal, al menos se deja escuchar o mejor dicho, nos da ganas de escucharlo hasta el final y eso, amigos, ya es un logro. Es cierto, en el arte, en este arte que vivimos, ya nadie espera originalidad de nada, los profesores de Puán hace rato tiraron esas ideas por el inodoro de la universidad. Entonces, lo único que nos queda, además de arrodillarnos frente a los curadores, es que un disco, por lo menos una canción se deje escuchar, y eso pasa con el tema "guitarras rotas", inspirado en las fotos de Coppola, de un Buenos Aires que no estaba tan deshecho como éste, donde Tony, nuestro amigo del barrio, el mismo que una vez confesó en un viaje en colectivo 86, cuando se iba de lo de mi vieja en Villa Luro, que tenía miedo de ser un mediocre, sea hoy una estrella en el cielo de los rockers.
Buenos Aires se deshizo, mi vieja dejó este mundo, nosotros seguimos en la de siempre y Tony es Birabent.

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