domingo, agosto 26, 2007

ADÑ o ¿la cultura es de todos?

ADÑ

un jefe de gobierno se retira, pero antes de cerrar su portafolio donde ya puso el retrato de su familia, la del chongo que lo acamala y tenía guardada en un cajón con llave de su escritorio, y otras pavadas más, se frena, piensa un minuto y llama a su secretaria. Le dice, "traigame ese decreto así le pongo un gancho". Un jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, antes de irse, ya cerró un acuerdo sucio, a espaldas de sus "electores" -los que nunca lo votaron- y "firma" un impuestazo y el pasaje a un futuro puesto de trabajo con las autoridades entrantes.
Dos especialidades tenenemos en nuestra sociedad, más allá del tango y el asado, "el disciplinamiento botón" y "la chupada de media". Entre medio de esos dos campos está casi todo, incluyendo un impuesto que supone equipar una desigualdad que nadie nada nunca cambiará. Rousseau dijo algo así como que de una apropiación ilegítima, hicieron un derecho irrefutable. Así el tema de la propiedad sigue siendo, mal que les pese a los superados post marxistas, el gran tema de nuestra vida. Fue el gran tema para los indios expropiados en pro de tierras para el pastoreo, lo es para la gente olvidada a diario en pro de... y sí, en pro...
A todo esto, o frente a esto, reina la "cultura" y uno no puede dejar de asombrarse de qué manera todos los medios, por ejemplo, se hacen eco de la prensa de una exhibición de fotos de R. Frank, las que son excelentes por cierto. No podemos dejar de asombrarnos cuando leemos que los suplementos de cultura más grandes y en formato autonómo, juegan a pelearse por un terreno extraño, el de la "cultura". Podemos a leer a Canclini et al y aburrirnos con este tema de la democratización de la cultura y sus etc's. Los dos diarios mayores juegan como los chicos en un potrero cuando hacen pan y queso. Y es verdad, de eso eso se trata: de pan y queso. No hay nada porqué pelear o de lo contrario todo es campo de batalla. La cultura es evanescente y a la vez material. Entre el genetismo de un matutino y el espaÑolismo del otro, queda atrapado el desesperado miedo de los que quieren un pedazo de pan y queso. En una ciudad cada vez más cara, donde abunda la cultura pero no el trabajo legítimo: ¿va a estar bueno seguir siendo esto que somos, elegimos o nos hacemos cada día?

No hay comentarios.: