jueves, abril 30, 2009

Porcino quedaban dudas
De movida podemos decir que lo único bueno que trae aparejado la gripe de los cerdos, que es mortal hasta el momento, es la posibilidad de no seguir escuchando el rock mariachi de Julieta Benegas. Quién nos dice, el Señor, la lleve a su lado y nosotros podamos volver a tener un poco de paz auditiva. Claro que surgirán "nuevos talentos", el mal no descansa.


Ahora bien, volviendo al drama porcino la cosa parece que viene pesada. No bastaba con la crisis del capitalismo, sino que los sucios animalitos se están vengando de tantos años de crímenes traducidos en fetas de jamón.

Otro problema será de orden lingüístico: ¿Qué haremos con frases tales como "chancho limpio nunca engorda" o "difícil que el chancho vuele"?, entre otras.

Amigos, el mundo hace ruido. Es imposible estar a salvo. ¿Debemos comprar acciones en fábricas productoras de barbijos? ¿Es este otro mal producido en un laboratorio? ¡¿Alguien hizo el amor con un cerdo?! Las prácticas amatorias y sexuales se verán afectadas: cuidado con los besos y de ahí para arriba. Dicen que hasta los mariachis tienen miedo de prestarse las trompetas por las dudas: nadie sabe quién posee el bicho en su flujo sanguineo.

En los aviones, todo el mundo mira asustado al que tiene al lado y si alguien llega a toser lo mejor es ponerse un pañuelo en la boca y rezar para que no pase nada. Se está pensando en aislar a México. Esto no sería tan grave ¿qué puede perder el mundo? Ni Luis Miguel ni el machismo mexicano valen demasiado y hasta los boleros nos aburrieron a todos.

Pero parece que ya es demasiado tarde y la leche se derramó. Hoy dicen que ya hay casos en países europeos. En España, ya detectaron más de una docena de casos. Zapatero, ve el lado positivo y cree que esto bajará un poco el índice de desempleo producido por la crisis. Como vemos no siempre todas son malas. En nuestro país, las cosas son distintas. Imagínense si además de la crisis de 2001, los años de Alfonsín y su hiperinflación, la flexibilización laboral del menemato, la coyuntura electoral de este año, si encima de todo eso sumamos el problema de los cerdos ¿alguien avizora el escenario que viene?

Los argentinos tenemos la virtud de cagarnos la vida sin grandes malarias, como si las creáramos por antelación, de manera de estar cubiertos y que una especie de justicia divina dijera "son tan garcas, estos argentinos, que no necesitamos mandarles ninguna peste. Ellos solitos se cagan la vida". Y sí, es así. Este país es un chiquero.

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