miércoles, diciembre 31, 2008

Gone with the wind

En 1934 se filmó la película que da título a esta nota. En una escena que las antologías glorifican, Scarlet dice algo así como que va a mentir, robar o hacer lo que tenga que hacer pero que le jura a Dios que no pasará hambre nunca más. Bueno, años después los "americanos" entraban en la Segunda Guerra Mundial la que, según dicen, fue la que sacó definitivamente a EEUU de la crisis económica que arrastraba desde la famosa crisis del 29. La frase de Scarlet, pasó como mera ficción, pero hoy cuando la vi en uno de esos resúmenes de fin de año que suelen armarse para pasar el tiempo antes de que lleguen las doce, entendí que esa película emblemática, encerraba en sí, más que una promesa, lleva en sí el sentido de un programa político.

Hoy, en la franja de Gaza, arden, mueren niños, familias enteras, los armamentos que pueden matar una oveja en un subte, se equivocan de golpe y hunden un barco de ayuda humanitaria. Como en la película, a los errores se los lleva el viento. La administración Clinton en su momento también bajó un tren en alguna zona de los Balcanes, era un tren la Cruz Roja. Las mismas armas especiales, se equivocan sin querer.

Sin embargo, la promesa de Scarlet, pugna por aferrarse ante los embates del viento. Procurar que la tempestad no se lleve los negocios de una cultura de negocios, en Medio de ese ápice en el borde Israel, duele, que Scarlet levante el puño crispado de una joven histérica del Sur, furiosa porque el mundo se mueve y ella quiere comer.

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