jueves, octubre 09, 2008

Promesas, nada más

Hay quien dice que tenemos una cultura plagada de lugares comunes, de frases hechas que no dicen nada o que, justamente, están para anular todo decir. Esas frases que rellenan los diálogos con metáforas que explican todo para no explicar nada. Así oímos decir: "Dio en la tecla", "te cascoteó el rancho", "es de manual", "estás al horno", etc. En esta línea, están las apelaciones a la lógica de los juegos. Por ejemplo, el deporte, el fútbol, en especial, es una cantera de metáforas: "tiró el achique", "te agarró en off side", "son los códigos del vestuario", "le pesa la camiseta", "se puso el equipo al hombro", entre otras.

Todas estas frases prometen una explicación. Se presentan como equivalencias o resoluciones a los más diversos dramas. Al principio creemos que nos pueden brindar un sentido en medio de la confusión, pero luego nos damos que cuenta de que ese sentido es otro, distinto del que necesitamos, un sentido escrito desde afuera por un no-autor. Un sentido que marca nuestro cuerpo y nuestra subjetividad.

Los medios, a diario, esgrimen frases que dicen todo de un plumazo. Por ejemplo, a propósito de la crisis financiera mundial, la imagen "lunes negro" recorrió casi todas las primeras planas. Qué quiere decir "lunes negro", quizá sea algo que nunca sabremos.

Del mismo modo, o de manera análogo, operan aquellos comentaristas que prometen cosas que nunca cumplen. La frase "Walter Benjamin" debe ser, hoy por hoy, uno de esos lugares comunes de la intelectualidad. Cada vez que leemos este nombre y apellido, nos asomamos ávidos, para ver si el cronista de turno, develará los pensamientos del pensador. Pero nos encontramos con reseñas oscuras que nada explican y que, básicamente, hace un arte de la cita, pero de las citas mal encoladas. Terminamos de leer esas notas sin saber si lo que leímos tenía que ver con algún concepto crucial del pensador alemán. 

No nos queda nada en la mente, salvo el recuerdo de haber intentado otra vez un ejercicio de fe y optimismo para con aquellos que nos ilusionan con temas que en verdad desconocen. Benjamin: otra vez será.

 

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