En respuesta a la idea que nos deja la lectora Nilda sobre la entrada anterior: diría que en la política de la amistad acaso exista cierto carácter transitivo razón por la cual el calificativo de "mierda" también me salpica a mí. Claro, cuando a uno lo salpica la mierda, luego huele mal, pero la vida es así. Al respecto agrego, que este blog se destaca por su extrema libertad para la expresión y por bancarse la palabras de cada uno. Esto no es fácil, lo resalto, pero lo intentamos. Por último, la amistad y su política: debo confesar que yo también soy una mierda en muchísimos sentidos. En mi casa tengo espejos y los uso. Finalle: la idea de mi nota no era marcar lo mierda o no de cada uno. Yo pensaba más bien en una crítica hacia algo de la materialidad, no sé. Quiero decir: nuestras relaciones también nos problematizan a nosotros mismos. Además no nos olvidemos de Fiat y de las estrategias de las empresas en estas partes del mundo.
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