Eso es historia
Mala noche para empezar a contar una historia fue su primera novela. La acción transcurre en una cabaña aislada donde una pareja fugada de sus respectivas obligaciones se entrega a los pactos de un amor secreto. Una repentina tormeta castiga sin pausa a la endeble construcción y desata una serie de infortunios. De final trágico y previsible, la crítica la definió como una mala copia del estilo de Stephen King. Pasó sin pena ni gloria por las estanterías de las librerías.
Otro fallido intento fue Flashback en el paraíso, supuesto policial, escrito de atrás para adelante como su nombre lo indica. Una pareja llega con su hijo al lugar de sus sueños. La mudanza cargada de expectativas acuñadas a lo largo de toda una vida se desmorona cuando la fiel esposa se enamora de un leñador. La historia comienza cuando están metiendo al frustrado esposo dentro de un móvil de la policía. Los especialistas sólo rescataron el título y algunos párrafos. Dijeron: "más de lo mismo".
Su novela póstuma: Balance de un día, no escapa a las generales de su estilo. Un oficinista llega a su casa después de una jornada de trabajo. Se prepara un café y mientras lo toma decide que ya no volverá a ser el mismo. Las reseñas señalaron: "la obsesión por las despedidas en un escritor que nunca encontró su obra".
La muerte de este autor no mereció la atención de los diccionarios de autores ni siquiera una breve en un suplemento cultural. Su nombre, valga la paradoja, se amontona en la tumba del escritor anónimo caído en combate.
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